“La herramienta de la emergencia alimentaria es una medida que puede permitir desde lo administrativo agilizar los mecanismos tendientes a la urgente provisión de alimentos, y también constituye un mensaje claro de la dirigencia política y social para con los más desfavorecidos que están en la “periferia” pero que son puestos en el centro de los esfuerzos y de las políticas públicas", plantearon desde la Mesa de Diálogo.

Entre los fundamentos sostuvieron que “durante la pandemia, la Municipalidad de General Pueyrredon logró entregar 20 mil kilogramos de alimentos frescos por semana a las familias más vulnerables, lo cual fue un esfuerzo significativo en tiempos de crisis. Sin embargo, durante los primeros seis meses del año pasado, las entregas se redujeron a 10 mil kilogramos cada 15 días y, lamentablemente, estas entregas finalizaron de manera definitiva, dejando a muchas personas sin este apoyo esencial”.

“La situación en las periferias de General Pueyrredon es dolorosa y urgente y solo a través de una acción concertada entre la comunidad, las organizaciones y el Estado será posible enfrentar de manera efectiva esta emergencia alimentaria que afecta a miles de familias", ampliaron las instituciones nucleadas en la Mesa.

A su vez, apuntaron que según datos del Indec y del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, la pobreza en Argentina ha experimentado un aumento significativo en los últimos años, con tasas superiores al 50 por ciento a nivel nacional. "En General Pueyrredon, este fenómeno se ve reflejado especialmente en los barrios periféricos, donde la falta de empleo formal, los salarios bajos y la informalidad laboral dificultan el acceso a una alimentación adecuada”, sostuvieron.

En junio, la Mesa de Diálogo ya había lanzando una advertencia pública sobre la situación alimentaria en los barrios populares de la zona, en el marco de un evento en conmemoración de los 50 años del asesinato del sacerdote Carlos Mugica. ”La crisis social que atraviesan los barrios populares de Mar del Plata y Batán es una realidad alarmante que exige una intervención inmediata y coordinada del Estado en sus diferentes niveles: municipal, provincial y nacional”. En adición a lo anterior, remarcaron que “la falta de alimentos se ha convertido en una problemática cotidiana que afecta de manera directa a muchas familias que luchan por sobrevivir en un contexto de vulnerabilidad extrema".

Hay que remontarse a septiembre de 2019 para encontrar la última declaración de Emergencia Alimentaria en General Pueyrredon, cuando el Concejo Deliberante la sancionó por 12 meses durante el gobierno de Carlos Arroyo, autorizando al Ejecutivo a su prórroga por otros 6 meses. A través de ella, se facultó al gobierno a impulsar acciones, celebrar acuerdos, convenios y toda otra medida “que se encuentre dirigida a atender la demanda alimentaria de las personas en situación de vulnerabilidad”. En 2021, el entonces Frente de Todos había presentado un proyecto para volver a declararla, pero no fue aprobado.